LHASSA APSO

CARACTERISTICAS DE LA RAZA

  • Altura a la cruz: 25 cm
  • Peso: de 5 a 7 kg
  • Capa: diversas tonalidades de leonado o de gris; puede ser particolor; negra, blanca o marrón
  • Promedio de vida: catorce años
  • Carácter: tranquilo, intuitivo, curioso y animoso
  • Relación con los niños: muy buena
  • Relación con otros perros: muy buena
  • Aptitudes: perro de compañía
  • Alimentación del Lhasa Apso: de 150 a 180 g. de alimento completo seco o su equivalente
  • Arreglo: cepillado diario
  • Coste mantenimiento: poco elevado

El Lhasa Apso es, sin duda, una pequeña raza encantadora y cautivadora, pero su temperamento, no siempre es fácil de comprender. En consecuencia, no es una mascota ideal para todos los hogares. Aunque su tamaño le hace muy manejable, mantener el pelaje del Lhasa Apso con su pelaje largo y bien cuidado conlleva mucho trabajo, cosa importante a tener en cuenta. Algunos propietarios que tienen Lhasa Apso domésticos prefieren que tengan el pelaje corto: esto es perfectamente aceptable, pero no es adecuado para el ring de exposición. Desde luego, el mantenimiento regular del pelaje sigue siendo importante tanto si éste se deja largo como si se recorta.

Durante el último par de décadas, el Lhasa Apso se ha vuelto muy popular, y ahora hay más de 3.000 nuevas inscripciones cada año en el libro de orígenes del Kennel Club. La proeza de que un Lhasa Apso ganara el Best in Show en el Crufts de 1984 jugó, sin duda alguna, un papel importante para llamar la atención hacia esta raza. De todas formas, el Lhasa Apso es más que un perro elegante con un largo y bello pelaje de exposición, moviéndose por un ring bajo los focos de una importante exposición del campeonato. El Lhasa Apso es un perro muy especial que necesita un tipo de propietario muy especial: uno que sepa comprender a un perro cuyos ancestros fueron criados en un medio ambiente duro, en el «techo del mundo».

Características físicas

El Lhasa Apso es una raza bastante pequeña, aunque no tanto como algunas otras. Es robusta para su tamaño y tiene una buena musculatura. En Gran Bretaña, la altura ideal es de 25,4 cm y las hembras, teóricamente, un poco menor. Habiendo dicho esto, la raza ha crecido a lo largo de los años, y en EE.UU. se pide un perro un poco más alto. No se especifica ningún peso, pero por lo general, un Lhasa Apso bien proporcionado suele encontrarse entre los 7 y los 8,5 kg, aunque algunos pesan un poco más.

Su cabeza suele ser muy admirada, pero el gran flequillo de la cabeza oculta, en cierta manera, la encantadora expresión tibetana. En el ring de exposición el pelo siempre se lleva caído, pero en casa, la mayoría de los propietarios atan el pelo en dos mechones, uno a cada lado de la cabeza. Esto ayuda a que el pelo de la cara se mantenga razonablemente limpio, evita la rotura de las puntas de los pelos y hace que el perro pueda ver con más facilidad. No siempre se aprecia, pero las pestañas del Lhasa Apso son muy largas, y ello impide que el pelo entre en los ojos. Obviamente, en su país de origen el pelo nunca se ataba en mechones. En lugar de eso, el pelo que caía desde la cabeza actuaba como protección contra la fuerte luz del sol y el color blanco de los terrenos que estaban nevados.

Dado que tanta gente confunde al Lhasa Apso con el Shih Tzu, es necesario explicar que la forma de la cabeza de estas dos razas es bastante diferente. El cráneo del Lhasa Apso es más estrecho que el del Shih Tzu, y sus ojos son menos redondeados y por lo tanto no tan prominentes. La trufa del Shih Tzues más corta que la del Lhasa Apso: en este último mide alrededor de 4 cm. También existen diferencias en cuanto al cuerpo. La caja torácica del Shih Tzu tiene una forma más de barril que la del Lhasa Apso, y el primero tiene el cuerpo algo más cercano al suelo.

Desgraciadamente, la belleza del pelaje del Lhasa Apso es, a veces, llevada a extremos, y muchos propietarios, debido al miedo a que sus perros dañen sus pelajes, no les permiten hacer el ejercicio que necesitan para desarrollar sus músculos de forma natural. Si el pelaje de un Lhasa Apso tiene su textura típicamente dura y es cuidado con regularidad, puede seguir manteniendo todo su esplendor incluso cuando al perro se le deja hacer ejercicio libremente. Algunos propietarios de Lhasa Apso de exposición no permiten que sus perros hagan mucho más que pasar, virtualmente, toda su vida dentro de su jaula. Desde luego, estos propietarios acabarán teniendo unos perros cuyo pelaje será muy apreciado en una exposición de belleza, pero no tendrán unos perros contentos y sanos.

  • Colores y capas

Un Lhasa Apso con su pelaje largo de exposición tiene un maravilloso aspecto, pero mantenerlo en este estado requiere tiempo y dedicación. El Lhasa Apso no sólo tiene un pelaje largo y suelto, sino también una buena capa interna o subcapa. Esto significa que el mero acicalado de la capa externa puede, al principio, dar un aspecto general razonablemente bueno, pero al poco tiempo se empezarán a formar nudos por toda la subcapa. Los nudos y los pelos enredados son increíblemente difíciles de eliminar si no se cuidan, así que esta particularidad debe ser tomada muy en serio antes de encapricharse de la raza.

De todas formas, muchos Lhasa Apso domésticos llevan el pelaje corto (esto se conoce como «corte de pelo de mascota»). Aunque puede hacerse en casa, muchos propietarios encuentran más cómodo que sea cortado por un profesional unas tres veces al año. Los cuidados del pelaje son, desde luego, necesarios entre cortes.

El Lhasa Apso puede encontrarse en una amplia variedad de colores. El estándar de la raza admite el color dorado, el arena, el miel, el gris oscuro, el humo, los particolores, los negros, los blancos y los marrones. De hecho, la lista podría incluso ser más larga, ya que existen muchas combinaciones inusuales que surgen inesperadamente. Un perro particolor es aquel cuya capa está formada por dos colores diferentes, uno de los cuales es el blanco. Así pues, como particolores uno se encuentra con el dorado y blanco, el negro y blanco, el gris y blanco o el arena y blanco, siendo todos ellos aceptables por igual.

Aunque los Lhasa Apso de color marrón (hígado) y los de color chocolate aparecen de vez en cuando, no son admitidos en el ring de exposición en algunos países. Esto es debido a que la pigmentación de su trufa tiene un color igual al de la capa, y el estándar especifica que la trufa debe ser negra.

Debido a que no existen prioridades de color en el Lhasa Apso, lo cierto es que un propietario no debería obsesionarse por ello. Es perfectamente natural que cada cual tenga sus preferencias personales, igual que podrían tenerlas por el color de su ropa o por el de los muebles de su hogar. Lo que realmente importa es la constitución del perro, el temperamento, la salud general y la calidad del pelaje. De todas formas, si va a elegir a un Lhasa Apso para tenerlo como mascota, el color puede ser un factor decisivo, y esto es perfectamente comprensible, pero no compre, por ejemplo, un Lhasa Apso gris y cuide de él con todo el cariño, sin dejar de pensar durante, aproximadamente, los próximos catorce años que fue una verdadera lástima no poder encontrar el color dorado que tanto le gustaba.

  • Cola

La cola del Lhasa Apso debería ser de inserción alta y llevada sobre el dorso. En ocasiones, si la palpa cuidadosamente, puede encontrar un pequeño pliegue en la punta. Esto es algo perfectamente normal y nunca debe intentar alisarlo, ya que podría provocarle una herida. Ésta constituye una antigua característica de la raza que, tristemente, parece estar desapareciendo con el transcurso del tiempo.

Igual que con el resto del perro, el pelaje de la cola también necesitará atenciones regulares. Este pelaje también es largo y suelto. De todas formas, y debido al tamaño del perro, será muy raro que la cola tire al suelo sus objetos, como sí podría hacerlo la alegre cola de un perro más grande (como por ejemplo un Dálmata o un Labrador Retriever). La cola de un Lhasa Apso no se corta nunca.

Personalidad

El estándar describe al Lhasa Apso como un animal alerta y formal, pero algo frío con los extraños. La anterior redacción utilizaba la palabra «reservado », en lugar de «frío», se ha preferido la del anterior estándar a petición de los criadores de la raza.

Sin importar cuál de esas dos palabras sea utilizada, un Lhasa Apso típico no se muestra muy amistoso con los extraños, prefiere adoptar una postura reservada. Un Lhasa Apso frecuentemente ladrará a cualquiera que se acerque a casa. Más tarde, cuando el visitante haya sido saludado y aceptado por la familia, el perro se sentará a una cierta distancia. Desde este ventajoso lugar, podrá ver lo que sucede a su alrededor, pero sólo se involucrará en las actividades si él así lo decide.

Frecuentemente, a un Lhasa Apso le lleva tiempo hacer amigos, pero una vez se decide, la amistad que ofrece es sincera. Siempre es mejor permitirle al Lhasa Apso aproximarse a un invitado cuando sea el momento adecuado. Con esto conseguiremos una relación que al final será más feliz.

Con su familia y sus propietarios, un Lhasa Apso se muestra muy devoto, pero no todos disfrutan de los mimos tanto como les gustaría a algunos propietarios. Yo he tenido muchos Lhasa Apso a lo largo de los años y he encontrado que sus personalidades eran diferentes. Desde luego que a algunos les gustan más los mimos que a otros, y esto se aplica tanto para los machos como para las hembras.

Se puede adiestrar a los Lhasa Apso para la obediencia, pero tienen una vena tozuda y no siempre responden a las órdenes tan rápidamente como uno desearía. Desde mi punto de vista, creo que a los Lhasa Apso les gusta pensar las cosas y que cuando hacen algo tiene que ser porque quieren hacerlo: por lo menos tienen que darle esa impresión.

El Lhasa Apso emite un ladrido de advertencia, ya que recordará usted que esto es lo que se esperaba de él en los monasterios del Tíbet. De todas formas, no se trata de un ladrido agudo y molesto, y generalmente parará de ladrar cuando crea que la situación se halla bajo control.

Aunque muchos Lhasa Apso se llevan bien con otros perros, hay algunos que no. Esto depende en gran medida de la cría y del entorno, y el sexo juega muchas veces un papel importante respecto de quién se lleva bien con quién. Sin duda, hay criadores que parecen no tener ningún problema en tener en un mismo grupo a varios machos y varias hembras. De todas formas y por mi experiencia, ha habido limitaciones, y sé que mi experiencia es compartida por varias personas.

Generalmente, las hembras se llevarán bien con otras hembras, pero suele haber problemas entre ellas cuando les llega la época del celo. Esto se suele controlar fácilmente mediante el manejo cuidadoso, pero algunas pueden tener conflictos graves entre ellas, así que uno siempre debería estar atento a los problemas que se pudieran estar cociendo. Personalmente, y aunque he intentado tener juntos a dos machos de Lhasa Apso, nunca he tenido éxito más allá de la etapa de cachorro, ya que siempre han surgido problemas. Por otra parte, he tenido satisfactoriamente a un Lhasa Apso macho (no utilizado como semental) con dos Galgos Afganos machos, y los tres fueron grandes amigos durante toda su vida.

Los machos y las hembras suelen vivir juntos como grandes amigos, pero desde mi propia experiencia, sólo he logrado tener con éxito un macho con varias hembras. De forma interesante, me he encontrado con que las hembras que no se suelen llevar especialmente bien entre ellas durante su juventud parecen adquirir un carácter más dulce con la madurez y pierden cualquier animosidad que hubieran podido sentir cuando eran jóvenes.

 

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